Fuimos a cenar por recomendación de unos amigos que nos dijeron que hacían la paella muy rica y no se equivocaron. Aunque el edificio y la ubicación del hotel no es muy llamativa y quizas sea menos atrayente que otros restaurantes a pie de playa, en cuanto entras te das cuenta de que está lleno y eso es por algo. El servicio es excelente, la camarera superatenta(a pesar de estar a tope de trabajo), rápida, amable y agradable. La cena riquisima y a muy buen precio todo. Pedimos pulpo, 2 de pan con ali oli y tomate, paella para 4, aceitunas, 4 tanques de cerveza, botella de agua y dos postres caseros por 74 euros. Aparte que cuando nos dieron la cuenta el encargado vino personalmente, nos preguntó los nombres, habló con nosotros un poco..vamos, que así da gustó ir a cenar. Encantados salimos.Más
- Wifi gratuito