El hotel no está mal en general.
Las comidas son normales y es cierto que es mejor bajar al restaurante un poco pronto porque en hora punta no hay ni un hueco, lo peor es la plancha porque al hombre le falta algo de "vidilla" y se hace mucha cola y hay que esperar bastante.
La zona es muy tranquila y la playa inmejorable, eso sí, hay una buena cuesta o un interminable tramo de escaleras, pero merece la pena.
Lo peor es una de las animadoras, que se pasa la mañana dando gritos por el micrófono y se oye desde las habitaciones hasta con las ventanas cerradas, hay gente que quiere relajarse y estar tranquilo, algo casi imposible con esa mujer.
La limpieza es bastante justa y según donde tengas la habitación, pueden arreglártela bastante tarde.
En general el hotel es recomendable.Más
- Piscina
- Restaurante