Estuvimos unos días en familia, concretamente para pasar la noche vieja y fue espectacular.
El alojamiento es una maravilla, cuidan al máximo cada detalle y la limpieza es impecable. Las vistas son estupendas, en primerísima linea de playa.
Los dueños encantadores y muy volcados en que estuviésemos cómodos. Al ser invierno incluso se preocuparon de poner una estufa.
De hecho quedamos tan satisfechos que este verano repetimos.
Seguro que volveremos. El aparatamento cumple todo lo que pone y los dueños muy atentos y simpáticos. Agradecemos el trato de Vicente y su padre.