Hemos pasado una noche en este hotel q merece una estrella más sin dudarlo. Habitación elegante con todos los servicios necesarios. Baño perfecto (ducha amplia, secador de pelo mejor que pueda tener uno en casa) Limpieza total. Trato excepcional, dar las gracias a Maria (recepción)que nos lo puso todo muy fácil y nos hizo sentir como en casa. Comimos en el restaurante del hotel con vistas a las playa, comida de calidad. Desayuno tipo buffet, no amplio en cantidad pero de calidad excelente; variado de dulce y salado con el que casi poder decir que has almorzado. Volveriamos sin dudarlo.

Vistas a la playa,personal amable buenos entrantes y paella señoret muy buena ,precio medio tiket 35€ ,variedad de postres..una curiosidad ..el pan buenísimo tipo torta de Aranda..buena opción si estas cerca

Empezando por la maravillosa María, la chica de recepción, la atención fue cercana y educada nos hizo sentir desde el minuto uno maravillosamente... la habitación...nos quedamos con la junior suite y si tuviese que ponerle un pero sería solo la calara de alcohol en el minibar pero que se compensa con el maravilloso servicio de habitaciones !