El hotel es limpio, recientemente renovado y con un buen servicio de desayuno. Es cierto que la zona no es la mejor....pero tampoco la peor. No percibí riesgo ni peligro alguno si bien la gente que está en la Pza. Garibaldi, especialmente por la noche, puede llegar a intimidar un poco (homeless, mucho inmigrante sin recursos,...).
No obstante, es preciso resaltar una cosa. La pesima atención recibida de un empleado de la recepción, un tal Antonio. Seco, antipático, no proporciona ni una recomendación ni se esfuerzo por sonreir o intentar entenderte en tu propio idioma. Afortunadamente, el resto del personal de recepción contribuye con su simpatía y profesionalidad a equilibrar el trato; incluso nos permitieron retrasar la hora del check out. Me consta que este individuo ha recibido quejas de diferentes huespedes pero....ahi sigue.
Estuvimos en una habitación del 5º piso, con buenas vistas al Vesubio bien insonorizada porque el tráfico allí es intenso.
Buena comunicación, con metro y tren en la misma puerta.