Llegamos sin reservación (estaban casi todas las mesas pedidas por clientes frecuentes) y afortunadamente quedaba una mesa para pareja. Pedimos dos entradas, dos platos de pasta, agua y una botella de chiantí y pagamos unos 100€. Es costoso si se compara con otros restaurantes del barrio o de menús simples para turista, pero los gnocchi con pomodoro y los spaghetti a la carbonara fueron maravillosos. Absolutamente recomendable si quieren una cena especial..
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