Es un hotel sencillo, muy limpio, con todo lo necesario para pasar unos días en Roma. La ubicación es excelente ya que se encuentra en una de las calles comerciales del centro de Roma. A pie puedes acceder a todos los lugares de interés y además tiene muy cerca una parada de autobús con las principales líneas (para ir al Vaticano el número 62, para llegar desde Términi el 175,...), el metro ni lo cogimos, no vale la pena. La relación calidad-precio estupenda. La única cosa que creo que podría mejorarse es el desayuno que, a pesar de ser correcto, me hubiera gustado que hubiera una tostadora para el pan, y quizás un poco más de variedad, de todas formas estaba bien ya que había pan, pan de molde tostado, galletas, croissants, mantequilla, mermelada, quesitos tipo babybel, nutella, miel, zumo de naranja y de piña, café y leche. El personal muy amable y simpático. La terraza con mesitas en la azotea muy agradable (lástima que no pudimos desayunar allí ya que el desayuno en la terraza se servía a partir de las 9:00 y nosotros desayunábamos antes de 8:00 para aprovechar el día). Si volvemos a Roma, seguro que repetimos en este Hotel.Más
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