Bien ubicado, ya que está a escasos 100 de las estaciones de trenes y buses interurbanos, así como a unos metros de calles principales. El bus del aeropuerto para a 100 m.
El edificio del hotel no tiene un acceso fácil, pues está como encima de un aparcamiento subterráneo, estando como en segunda línea y está hundido, es decir la puerta de entrada y la recepción.
De hecho, la recepción estaría, digamos, en el sótano, es decir bastante escondida. Por cierto, las personas que la atienden son amables, rápidas y eficaces.
A primera vista está bien, estilo NH. Con los típicos muebles obscuros NH, mini bar, escritorio, armario tipo sarcófago vertical. La TV era de tubo, vamos muy vieja, ya que era de tubo y ni siquiera plano. Además, el mando estaba con la tapa suelta. El aire acondicionado tenía control individual, aunque lo apagué, pues no era necesario.
Digamos que era una individual de buenas dimensiones, sin exagerar.
Cómodo era el baño, si bien tenía la bañera con una alcachofa gigante que, además, tenía unas fugas enormes. Lo que evidencia un mantenimiento un poco deficiente.
La iluminación, sin ser excesiva, esta relativamente bien, pese a la manía que tienen los de NH por poner colores obscuros. Deben pensar que son muy elegantes.
La cama era de 1,35 y relativamente cómoda, menos la almohada que era excesivamente delgada.
En cuanto a la insonorización, no me puedo quejar, pues daba a un patio que, por otro lado, creo que todas tendrán esa peculiaridad por cómo esta ubicado el edificio. Pero, cosa curiosa, el cabecera de la cama crujía solo, sin parar, lo que resultaba molesto y que no fui capaz de hacer desaparecer, por lo que tuve que dormir con tapones en los oídos. Esto me ocurrió en la habitación 608.
Te dan un bono de 24horas de wifi, pero se cortó a las 7 de la mañana, diciendo que el contador estaba a 0, si bien unos minutos antes el contador marcaba que le quedaban más de 6 horas. En fin, parece que no controlan esto de la wifi.
El desayuno, de tipo bufe, era de las 7 a las 10, aunque los festivos y domingos lo ampliaban. La variedad está bien, tanto de frutas, como de cereales o de cafés, pero los huevos revueltos no son muy buenos. El desayuno en general está bien, tampoco muy bien. Y, ya que hablamos de comer, el restaurante del hotel estaba cerrado y parece que desde hace mucho tiempo y, probablemente, por la falta de demanda.
A mejorar, en mi opinión, el mantenimiento.
En resumen, es una buena opción, para estar en un 4 estrellas asequible y bien comunicado, aunque ciudad alta (la zona turística) está algo distante y, obviamente, en la colina.