El hotel y la habitación aunque debío tener su encanto tiempo atrás, estaban muy dejados (bombillas fundidas, muebles deteriorados). Como anécdota, al sentarme en una de las sillas de colapsó y se rompió, a la mañana siguiente la persona del servicio y la encargada casi me sometieron a un "tercer grado" como si fuera una estrella de rock que va por ahí rompiendo mobiliario.
El desayuno escaso. Servicio poco profesional. Para mi era un bed and breakfast mediocre a precio de hotel con encanto.
El punto positivo: Buena situación.

No lo recomendaría.

Me alojé en este pequeño hotel con encanto hace menos de quince días. Cuando llegué el primer día me impresionó la estrechez de la calle en donde estaba y lo viejo del edificio. Al día siguiente supe que toda Venecia tiene esas calles y que es lógico que un edificio de 1500 y pico tenga un aspecto avejentado.
El hotel está efectuando reformas por lo que en un futuro estará todavía mejor condervado.
Es muy aconsejable por que se haya a medio camino de la Plaza de San Marcos y el puente de Rialto. Por lo que es muy cómodo si se quiere descansar a lo largo de la jornada.
La anfitriona es muy amable y te informa de todo aquello que necesites (horarios de tren, bus, vaporeto... incluso de entradas para diversos espectaculos)
La habitación que nos tocó a nosotros esra un poco pequeña, pero muy limpia y con un baño totalmente nuevo. Pero si vimos que tiene habitaciones enormes como las que dan al canal (estaban ya ocupadas) Al principio pensé que era una pena que la nuestra diera al jardín, pero después lo agradecí puesto que al lado de los canales hay muchos mosquitos.
El desayuno correcto, no excesivo pero completo: café, infusiones, cacao, zumos, quso, mantequilla, mermelada, nutella, yogures, panecillos y cruasans rellenos de mermelada de naranja recién hechos. Creo que está muy bien.
Os recomiendo la estancia y espero que os guste.

Si hablamos de hoteles en venecia, ¡nunca he tenido una buena experiencia!

Sobre todo el baño, pero estoy encantada de haber hecho reserva en el Locanda esta vez, está muy limpio, las duchas están reformadas y hay suficiente espacio. La habitación estaba muy bien y era muy elegante, con muebles antiguos de hace 900 años. Mrina era muy amable y estuvo intentando ayudarnos a reservar habitación en Verona, fue una experiencia muy agradable, la recomiendo mucho...