Nuestra estancia en casa de Barbara ha sido perfecta. Situada a 5 minutos del Duomo, de noche es una calle tranquila. Nos recibió su marido, su hijo e hija, nos explicaron todo y tuvieron una atención muy especial: en la cocina teníamos fruta, cantuccinis de almendra (parecidos a los carquiñoles típicos de Cataluña, Baleares y Aragón) , tostadas, mermelada, leche, café, mantequilla, agua fresca y zumos. Andrea vino a despedirnos y nos ayudó con el taxi para ir al aeropuerto. La casa es estupenda, para 3 personas ideal (aunque hay una cama plegable para una cuarta). Todo funcionó muy bien. Hacía calor en Florencia pero al llegar a casa el aire acondicionado nos daba un respiro; por la noche no hemos pasado calor.
Hay una pequeña terraza con una mesa y dos sillas; por las mañanas ha sido un placer tomarme un café contemplando los tejados mientras despunta el sol. El baño es muy completo, al igual que lo es también la cocina. Hemos tenido toallas suficientes, todo limpio.
La casa no es apropiada para personas mayores y con problemas de movilidad, debido a las escaleras que acceden a la vivienda y las que están en el interior. La escalera de caracol que sube a la habitación principal (en un altillo) desde la sala es muy pequeña, hay que ir con mucho cuidado. Tampoco es adecuada para una familia con niños pequeños. Esto no es un inconveniente, solo un aviso para las personas que estén viendo la casa de Barbara y que se encuentren en la situación señalada en este párrafo.
La zona es estupenda, un Carrefour exprés muy próximo (2 minutos) que cierra a las 20,30 y otro a 5 o 6 minutos que cierra a las 22 horas; a esta misma distancia hemos podido echar la basura en contenedores modernos puesto que estamos acostumbrados a reciclar el papel, el plástico y el vidrio. Hemos estado cerca de todo, e impresionante salir después de cenar en casa a dar un paseo y a tomar algo por los alrededores del Duomo, en las múltiples terrazas que hay.
No hemos conocido a Barbara por un pequeño problema de salud pero ha estado pendiente de nosotros por correo electrónico, y el día anterior a la salida su marido nos llamó por teléfono.
Florencia es una ciudad bellísima, con muchos encantos, es bulliciosa, las personas también son amables. Y nuestros anfitriones han sido encantadores, vale la pena hospedarse en su casa porque nos hemos sentido como si estuviéramos en la nuestra.
El piso es más espacioso de lo que aparenta en las fotos, no le hacen justicia.
Recomendamos esta estancia y si algún día volvemos no dudaríamos en volver a hospedarnos en casa de Barbara. Muchas gracias por vuestra amabilidad y vuestra excelente atención.