A las afueras de Florencia se encuentra este hotel con vistas maravillosas en un entorno idílico. Eres esclavo del taxi o del bus para bajar a la ciudad, pero es una opción agradable para alejarse del bullicio de la hermosa Florencia. Decoración curiosa y simpática, pero algo decadente y espartana. El desayuno, pese a las inmejorables vistas, que alimentan ya de por sí, deficiente y pobre. Mal organizado y si llegas antes de cerrar es probable que te quedes sin variedad de alimentos. Lugar Tranquilo. Desgraciadamente mi viaje se tornó desagradable por la falta de profesionalidad del personal para atender y resolver un problema común en los hoteles: la recuperación de un objeto olvidado. Viajo con frecuencia y es la primera vez que me ocurre algo así. Según la dirección de la Pensione Bencista tiraron a la basura unas botas que olvidé en la habitación. Algo increíble. Llamamos a la Pensión en cuanto descubrimos el despiste (2 días y medio después de dejar la habitación, ya que nos perdieron la maleta en Iberia). La respuesta fue decepcionante, teniendo que llamar en numerosas ocasiones. No sabien nada de las botas... Tras varios días reconocieron que el personal de limpieza las TIRÓ A LA BASURA, justificando falsamente que eran viejas (las estrenaba en ese viaje) y que estaban cerca de la papelera (no lo estaban y la papelera estaba vacía). Muy decepcionada por el trato y la respuesta poco profesional ante un hecho habitual en hoteles. Todo el encanto del paisaje se ha tornado decepción. No iré mas a esta Pensión y no la recomendaría por la falta de seriedad con los objetos de los clientes, que me parece algo muy serio. La dirección ha rechazado cualquier compensación económica por la pérdida (pese a reconocer que se deshicieron de ellas).... Nos ofrecieron un día de estancia...una respuesta tardía e irreal, ya que tras semejante experiencia, la próxima vez que deba visitar centros de investigación europea o simplemente la ciudad por turismo, no iré a la Pensione Bencista. Si decides acudir, NO OLVIDES NADA tras dejar ese bello lugar. Una pena.