Nos gustó la comida más de lo que esperábamos. Fresca, con cierta innovación. Rica en general y con ganas de ser moderna y reinterpretativa. Todo estupendo hasta que llegó la hora de pagar. No aceptaban nuestras tarjetas "extranjeras" Tipo Visa porque les cobran mucha comisión. Las portuguesas sí. Nos parece muy lamentable que acepten unas tarjetas y otras no. Como mínimo deberían avisarnos al sentarnos a la mesa. No está indicado en la puerta ( aunque nos dijeron que sí lo estaba). Pero lo peor fue que el camarero no nos ofreció ninguna alternativa ni solución. Se fue sin más ante nuestro problema para pagar, pues creíamos no contar con efectivo suficiente, dejándonos perplejos y algo abochornados sin motivo. Por suerte y después de un buen rato rebuscando por todos los bolsillos y rincones conseguimos la cantidad a deber. Avisamos a otra camarera que parecía pendiente de nosotros, aunque en la distancia. Fue la que se disculpó más amablemente y nos explicó la situación. Aunque, supongo que al ver nuestro enfado, nos dijo que se advertía en la puerta que no aceptaban las tarjetas extranjeras. Nosotros no lo vimos, y miramos muy bien al irnos muy indignados.