Todos sabemos que los hoteles, en todos los sentidos, varían de un país a otro. Por ejemplo, un cuatro estrellas en París, no supera a un tres estrellas en España ni de lejos. Cada vez que visito un nuevo país, me hago la misma cuestión. En este caso, quedé satisfecho. Bastante parecido a un cuatro estrellas en España
Buena ubicación (aunque también hay que decir que en Lisboa no hay distancias)
Habitaciones amplias y limpias, con camas cómodas. La baranda de la ventana es un cristal a la altura de la cintura, da vértigo.
El personal de recepción algo seco (pero aquí entra de nuevo las diferencias culturales, por lo tanto, es complicado valorar.
Además de un Wi-Fi normofuncionante, ordenador conectado a la red gratuito.
En general, recomendable.Más
- Wifi gratuito
- Desayuno incluido