Esta casa se encuentra en medio de la nada a unos kms de Vik y Dyrholaey, y muy cerca del avión abandonado. Nos atendió una mujer que nos recibió con una gran sonrisa y con ganas de hacernos sentir agusto. Una vez recogidas las llaves nos fuimos a un edificio auxiliar pegado que son las habitaciones, este edificio es de una planta y dispone de una salita para planear las excursiones del día siguiente. En la casa principal donde recogimos las llaves se sirve el desayuno que tenía muchas cosas para elegir y que le pedimos adelantar un poco la hora porque empieza a las 8 y no tuvo ningún problema en tenerlo un poco antes.

La habitación que nos tocó era normal y muy aseada, una cama doble y un baño sin cocina dentro.

A pesar de estar apartado de Vík, es un sitio perfecto para planear salidas nocturnas en busca de la Aurora Boreal.
El trato es exquisito, el desayuno es muy bueno.
Las habitaciones algo justas, pero muy confortables y nuevas.

Algo a tener muy en cuenta es que no sirven cenas si no se encargan con antelacón, por lo que estar a 20 km de Vík puede ser un handicap si no se planifican bien las cosas. De todas formas dispone de una cocina totalmente equipada en caso de querer cocinar alli.

Solo tengo buenas palabras para ellos, que nos acogieron durante un duro temporal de nieve y viento, quedando alli aislados durante 2 dias. No quisieron cobrarnos ni las comidas ni las cenas.