Te entra todo por los ojos, y no lo veo caro, 10 euros 3 pasteles que estaban muy buenos, sin duda volvería porque me queda mucha vitrina por probar

Una cadena de pastelería-cafrtería normal pero de aspecto refinado, tartas de diseño que están buenas pero tampoco exquisitas. De precio está bien para lo que es Luxembirgo, 6 con poco nos valió un trozo de tarta de queso y una taza de chocolate caliente, ambas cosas de gran tamaño eso sí.

Fuimos una tarde a merendar y se nos antojaban unas copas de helado, y aquí paramos. Y fue una grata sorpresa, pues nos gustaron tanto que pensamos en repetir.
La pastelería tiene productos de lo más variados y golosos, y además disponen de menú de mediodía para los días laborables.
En cuanto a los helados (y bocadillos que probamos una vez también), sólo podemos decir que estaban muy buenos, se nota que los preparan ellos y que dan ganas de repetir.