Fuimos a pasar una noche cerca del lago para poder corrrer en altitud y nos encontramos con la desagradable atención de la familia que lo regenta. Especialmente del jefe, el cual no me quería abrir el lavabo del hotel así como tampoco alargar mínimamente las comidas. Pagas bastante dinero para una habitación sencilla pero que necesita mejoras (una capa de pintura no le iría mal tal como se ve en la foto, habitación 8) y una cena y desayuno que no lo merecen. Lo único que se salva del hotel, las agradables hijas. No volveré seguro.