El Roc Blanc, situado cerca de la iglesia de Escaldes y a un paso de la calle comercial que baja hasta Andorra la Velia, tiene una situación inmejorable, da a una agradable plaza y las habitaciones son buenas. La terraza-bar-restaurante lo mejor en verano. Lo peor es el parking, que parece un bunker subterráneo solo accesible por infinitas escaleras. Es tan estrecho que ellos te tienen que sacar el coche a la calle. Un buen hotel céntrico.