Recomiendo este hotela todas las personas que visiten Viena, en especial si van a conciertos y óperas y quieren estar cerca del centro. Lo que más me ha gustado del hotel:
-Está cerquísima del Konzerthaus (a 10 metros!!!), de la Ópera estatal y de todas las iglesias más importantes, así como del centro.
-Uno de los mejores restaurantes de comida típica también está a dos pasos, el Gmoa Keller.
-los recepcionistas son muy amables y muchos hablan español. Al perder una tarjeta de la habitación me dieron una nueva sin recargo y sin ningún comentario, nos dieron mapas, e incluso nos imprimieron el horario de tranvías para llegar a una plaza.
-Los desayunos fueron cuantiosos, con mucha variedad, y con buenos horarios, sin echarte de la sala aunque se hubiera terminado.
-Muy tranquilo, nada de ruidos, habitación bien insonorizada.
-Habitación preciosa, baño limpio, todo muy nuevo.
El precio fue bastante económico (éramos dos) para su calidad. Mis pocos días en Viena fueron realmente vacaciones gracias en parte a este alojamiento.