Recientemente hemos pasado un grupo de veinte y tantas personas en el albergue y la opinión de todos ha sido de conformidad total. Verdaderamente el albergue presta la comodidad de un hostal por la limpieza y espaciosidad de los aseos, duchas y habitaciones, a precio de albergue.
La gerencia brinda un trato exquisito, atendiendo a cada duda planteada los días previos a la estancia con inmediatez y amabilidad. Sin duda, esta gente se lo curra y Chicho da todo tipo de facilidades para que el huésped se sienta como en casa.
El albergue dispone de restaurante propio y ofrece una variada carta con un nivel mayor al del precio propuesto.
El albergue está muy bien situado, en medio de Covaleda, en la calle principal y aunque es travesía, el escaso tránsito de vehículos es imperceptible. Se aparca sin problemas en las calles aledañas.
Como servicios que dan (y que nunca habíamos tenido en otros albergues) y que valoramos positivamente:
* Sorpresivamente vimos las camas hechas a nuestro regreso de la excursión
* El restaurante atiende intolerancias alimentarias
* Entre sus menús hay para elegir algunas opciones vegetarianas
* El hilo musical es agradable
Como mejoras o sugerencias que aportamos desde el grupo:
* Fruta en el desayuno
* un espacio para dejar material de montaña
* frigorífico para depositar alimentos (a los montañeros también nos gusta almorzar)
Por lo demás COVALEDA es un pueblo tranquilo con una gran oferta de bares diurnos y nocturnos. Está idealamente situado para conocer los parajes de la Sierra de Urbión e incluso las vecinas de la Demanda y Cebollera.
Aconsejable ciento por cien tanto el albergue, como el pueblo, como toda esta comarca serrana.
Mil gracias por todo y por tu paciencia, Chicho, y hasta pronto
Estuvimos alojados mi novia y yo, y la verdad que el lugar está impecable, nuevo limpio, todo en perfecto estado, además una cosa que me sorprendió fue la escalera adaptada para minusválidos, que es un punto a favor.
Cenamos dos noches, la comida casera y precios muy asequibles, ya que en el pueblo poca competencia tienen, y podrían subirse a la parra, pero la verdad que lo que comimos muy bueno.
Los desayunos muy abundantes, leche, zumo, tostadas, bollos, galletas...
El personal muy atento, y el hombre que estaba a cargo del albergue muy agradable, contando las rutas y posibilidades de la zona.
Comida casera buen trato y hasta buena musica precio asequible buena situación. Es el tipico sitio donde cuando te vas dices "volvere"