Empezaré indicando que habitualmente, de no tener una recomendación directa, optamos por otro tipo de establecimientos. Fue una apuesta arriesgada para nuestro perfil.
Después de contener el aliento a nuestra llegada, en nuestra habitación nos sumergimos en un reloj del tiempo en que retrocedíamos una o dos centurias. La habitación es amplia y muy luminosa, decorada con muebles antiguos. Pero con la ayuda de la propiedad y el servicio nos fuimos aclimatando rápidamente.
El restaurante resultó ser el broche perfecto de tan elegante atuendo. Comida internacional de excelente producto de proximidad y magnifica elaboración que mantenía la identidad del ingrediente en un plato elegante, armonioso y apetitoso.
De 10 noches, pernoctamos 4… que pocas ¡!Más
296
53
16
3
10