Por quinto año consecutivo venimos desde Canarias a esquiar a Astún, encantados por la nieve, las pistas, la buena cocina y resignados ante el nivel habitual de los hoteles en los que hemos ido recalando.
Pero esta vez, nos encontramos, casi por casualidad, con Villa Iacca, donde las sorpresas agradables se han ido sucediendo durante nuestra estancia: no nos pidieron pago anticipado ni nos bloquearon nada en las tarjetas, las habitaciones de tamaño medio pero cuidando el menor detalle, colchón perfecto, potente ducha, el desayuno muy completo como de hotel boutique de cinco estrellas, y sobre todo la persona al mando que nos atiende tratando permanentemente de solucionar esos pequeños problemas que van surgiendo, se ofrecen a entregarnos el material de esquí el último día , nos los recogen a diario y nos lo encontramos a la mañana alineado junto a la puerta...etc...
Oí contar al CEO de la cadena Ritz Carlton hace años que aspiraba a que sus clientes no se encontraran como en su casa. Que tenían que sentirse como en “casa de Mamá”, nadie como una madre para anticiparse a tus necesidades y tratar de satisfacer los menores detalles con cariño y comprensión.
Pues así nos hemos sentido!!