Hace unas semanas mi pareja y yo pasamos unos días en Monte Gordo y decidimos hospedarnos en el Hotel Paiva tras leer las opiniones que otros usuarios tenían sobre él y la verdad, es que fue todo un acierto.
Si bien no se trata de un edificio moderno, las habitaciones están totalmente reformadas (a excepción de los baños) y dispone de ascensor, que si bien, es bastante lento, hace su función a la perfección. Las habitaciones son amplias, con camas bastante cómodas, con TV de pantalla plana, secador de pelo, un buen frigorífico a disposición de los clientes, amenities en el baño, teléfono, wifi gratuito, aire acondicionado, balcón, etc. La habitación estaba muy limpia y bien mantenida.
El personal es muy agradable y diligente. A la llegada nos entregaron dos botellas de agua de cortesía, todo un detalle.
Teníamos el desayuno incluido y lo cierto es que era abundante y variado (mucho mejor que en otros hoteles de mayor categoría en los que me he hospedado).
El hotel tiene plazas de parking gratuitas para sus clientes, aunque no resulta complicado aparcar en las inmediaciones del mismo.
Se encuentra situado al inicio de una calle peatonal que lleva directamente a la playa, a escasos metros, y la misma se encuentra repleta de bares y restaurantes en los que poder tomar algo.
Mi opinión sobre el hotel es muy buena, me ha sorprendido gratamente. Relación calidad-precio inmejorable.
Sin duda, repetiremos.

Un hotel pequeño y familiar.
Las instalaciones no estan mal, muy basicas pero muy limpio y el personal muy amable y atento.
Las habitaciones amplias, muy limpias. Nevera grande para lo que suele haber en los hoteles. Las camas comodas y carta de almohadas. Lo mas flojito es el baño, para mi gusto antiguos, pero muy limpios. Falta que pongan gel y champu.
Los desayunos no estan mal, pero limitados y repetitivos. Comedor para el desayuno pequeño, pero como todo el hotel, reformado y muy limpio.
No dispone de comedor para comida y cena.
Centrico y con amplia zona para aparcar, delante del hotel.