Un excelente lugar para pasar un día en familia aprendiendo de nuestro país en especial la recepción con un rico chocolate mañanero. Un día precioso gracias a que la lluvia se conjugó con exhubernte vegetación de la plantación, otorgándole un clima montañoso perfecto y el sonido de las gotas cayendo en las hojas secas que acolchonaban el suelo. El dulzor de la semilla de cacao recién cortada de la mazorca ya hasta el olor de la fermentación hicieron el preámbulo para la degustación del chocolate. Aunque Doroteo lo hizo bien, creo que Hector se ganó el empleado de mes.