Nuestra reciente experiencia en el Dreams Sapphire Resort & Spa fue una mezcla de altibajos que vale la pena destacar. Aunque es evidente que el hotel necesita una renovación, con muebles desgastados y áreas que ya muestran el paso del tiempo, el nivel de servicio del personal logra mitigar en gran parte estas carencias. Nos hospedamos en las villas de la zona Indigo, que es el área nueva del hotel, un espacio que realmente eleva la experiencia. Sin embargo, a pesar de ser socios diamante de UVC, nos sorprendió que este acceso no estuviera incluido, lo cual nos obligó a realizar un pago adicional de $1,600 dólares. Esta situación fue decepcionante, y considero que UVC debería revisar sus beneficios, ya que la membresía, en este hotel en particular, no cumplió con el valor que esperábamos y solo ofreció descuentos que realmente se sienten irrelevantes.
El personal del hotel es, sin duda, uno de sus mayores activos. Nuestro mayordomo, Iván, ha hecho un trabajo extraordinario. Su actitud proactiva, su energía y su atención al detalle han sido excepcionales, y si hubiera un reconocimiento al empleado del mes o del año, Iván lo merecería con creces. Además, encontramos un servicio excelente en el restaurante italiano Portofino, donde nuestro paisano queretano, Fernando, y su equipo nos trataron de forma increíble. El sommelier, con quien disfrutamos una gran conversación sobre bebidas, también aportó a que nuestra experiencia fuera muy positiva. En el restaurante Sea Side, Mardo y Moisés hicieron que cada mañana fuera agradable con su charla amena y sus chistes, creando un ambiente positivo y animado para iniciar el día. Este tipo de atención es lo que hace que sigamos eligiendo la cadena Dreams a pesar de ciertos inconvenientes.
Otro gran momento fue en el restaurante de sushi Himitsu, donde Alfredo nos ofreció un espectáculo impresionante con el show de teppanyaki. La cena fue sumamente entretenida y deliciosa, una experiencia que disfrutamos mucho.
Aunque disfrutamos de la estancia en la villa, notamos un marcado contraste al pasar al área de albercas, donde los camastros se ven viejos y descuidados, algo que desentona con la experiencia general que el hotel intenta ofrecer. Además, el agua de la alberca estaba excesivamente fría, un inconveniente para los niños, aunque el clima ayudó a aliviar un poco esta situación.
El show de piratas del hotel merece un reconocimiento especial. Mis expectativas eran bajas debido a la apariencia de las instalaciones, pero me sorprendió gratamente. Es un espectáculo de primer nivel, y en ninguno de los otros Dreams que he visitado he visto algo tan espectacular. Felicidades al equipo detrás de esta presentación.
Un aspecto negativo que nos sorprendió fue el cobro por llevar botellas de vino de la casa a nuestra habitación. Nunca habíamos experimentado esto en ningún otro hotel de la cadena, y definitivamente es un detalle que deberían reconsiderar.
Por otro lado, la comida fue un aspecto sobresaliente en nuestra estancia. Felicito especialmente al chef, ya que de todos los hoteles Dreams que hemos visitado, este se lleva el primer lugar en cuanto a calidad gastronómica. Cada restaurante ofrece una experiencia que supera a la de otros hoteles de la cadena, y mi platillo favorito fue el filete de res en el restaurante Boreaux, que estuvo simplemente exquisito.
Finalmente, el proceso de check-in es otra área de oportunidad. Este se realizó de pie en la sala del área Preferred, lo cual fue algo incómodo y curioso, ya que hubiera sido ideal recibir la bienvenida de una manera más cómoda y acorde a la categoría del hotel.
Amamos la cadena Dreams, tanto que en este viaje decidimos elevar nuestra membresía a la categoría máxima, Impressions. Esperamos que la marca mejore la experiencia para los socios, ya que en algunos hoteles, como el Sapphire, los beneficios han sido casi inexistentes.
En conclusión, Dreams Sapphire Resort & Spa tiene áreas de mejora evidentes en sus instalaciones y en la consistencia de los beneficios de la membresía UVC. Sin embargo, el excelente servicio del personal, desde Iván, Fernando, Alfredo, Mardo y Moisés, hasta Wendoli en el World Café y Jaime en el bar de playa, junto con la destacada calidad de la comida y el impresionante show de piratas, logran equilibrar la experiencia. Esperamos ver mejoras en nuestros próximos viajes a la cadena Dreams. ¡Nos veremos pronto!