Lo único positivo que puedo decir fue la amabilidad del chico inglés que nos recibió, todo lo demás fue extremadamente negativo.
Es un albergue dividido en varios apartamentos por así decirlo, pero la limpieza brilla por su ausencia.
Mosquitos por todas partes, y los colchones de las camas(literas) llenos de chinches. En los baños todo sucio, no había luz, tenias que entrar con la luz del frontal o del móvil, y tampoco funcionaba el agua de la ducha y tampoco tenía papel higiénico. Tampoco esperes que tenga cocina porque no la tiene, y de los pocos enchufes que tiene para cargar tus dispositivos electrónicos, la mitad no funciona. Por otro lado los compañeros de habitación, unos "peregrinos" alemanes muy maleducados, ruidosos y guarros (lo único que tenían de alemanes era el DNI). Se pasaron la noche tirándose pedos y eructos, por no hablar de los ronquidos de estos "peregrinos", que parecían auténticas locomotoras. Pongo entre comillas lo de peregrinos porque es un " albergue " donde se puede alojar cualquier desalmado, no sólo a peregrinos.
En resumen, dentro de un establo de vacas o caballos, duermes mejor y más tranquilo que en este albergue.
Si vas a este albergue te garantizó que tendrás el recuerdo de los chinches y los mosquitos por todo tu cuerpo durante unas semanas, y saldrás sin haber podido descansar. Da mucha pena que esta sea su situación real actual. Lo dicho, si estáis haciendo el camino de Santiago y podéis evitar este albergue, mucho mejor.