En primer lugar, el día 14 de enero hicimos la reserva del apartamento para 6 personas en el que admitían animales, a través de Booking. Una vez realizada la reserva, intentamos ponernos en contacto con la recepción de dichos apartamentos para informarles de que acudiríamos con mascotas (3 perros), pero a pesar de llamar varías veces al día (muchos días) jamás logramos contactar con ellos.
Llegó el día y decidimos ir allí ya que la reserva estaba realizada y pensábamos que llegaríamos a un acuerdo con el tema de las mascotas, ya que como he dicho antes en el anuncio ponía que se admitían.
Una vez allí, nos encontramos las puertas cerradas y nadie para recibirnos. Así que al ver otro número de contacto en la puerta, decidimos llamar para avisarles de que estábamos allí. Al llamar, nos coge el teléfono el señor Rafael y nos anuncia que no tenía constancia de nuestra reserva. Después de repetirle varias veces que teníamos reserva realizada por Booking al final aceptó recibirnos, pero nos dijo literalmente: “Iré cuando termine de tomarme algo, unos 40 minutos que estoy en Granada capital y me pilla algo lejos”. A pesar del asombro, decidimos esperar, pero esos supuestos 40 minutos se convirtieron en 4 horas. Es decir, 6 personas que venían de Málaga, Sevilla, Cádiz y Melilla nos quedamos esperando fuera, en la calle hasta que este señor se dignó a aparecer, a pesar de nuestras constantes llamadas y advertencias de que estaba empezando a anochecer y las temperaturas eran cada vez mas bajas. Recalcando desde ya, el mal trato y la poca humanidad que recibimos, que empeoró cuando llegó debido a su impertinencia y prepotencia.
Al encontrarnos en la entrada, nos invitó a que nos fuéramos ya que decía que había cancelado nuestra reserva porque no tenía apartamentos disponibles para nosotras. Aquí empezó toda la disputa. Al ver que no llegábamos a ningún acuerdo, le pedimos la hoja de reclamaciones para zanjar el tema y buscarnos por nuestra cuenta solución a nuestro problema con el alojamiento, pero él se negó a dárnosla alegando que no teníamos derecho a solicitarla. Por lo que, nos vimos obligadas a llamar a la Guardia Civil (ya que eran los únicos que tenían competencia en este pueblo) y que intermediara por nosotras. Después de que la Guardia Civil discutiera largo rato con él , cedió a facilitarnos la hoja de reclamaciones, pero insistía en que firmáramos un anexo redactado por él mismo. Dicho anexo contenía información falsa y la misma Guardia Civil se lo rechazó.
He de alegar que durante la espera, varios vecinos nos vieron en la puerta y nos hicieron saber lo IMPRESENTABLE y FALSANTE que era el dueño, ya que esto no era la primera vez que ocurría (podréis comprobarlo en varios comentarios del portal de Triadvisor). Esto lo pudimos comprobar allí mismo, ya que mientras nosotras esperábamos, también acudieron al lugar dos familias con reservas que al ver que no había nadie para atenderles y ver nuestra situación decidieron marcharse y buscarse otra alternativa.
Por suerte, logramos encontrar otro alojamiento no muy lejos de allí, Hostal Ruta de Lorca (Alfácar), que aún no admitiendo animales, nos permitieron hospedarnos una noche allí al ver nuestra fatídica situación.
NO RECOMIENDO PARA NADA ESTE SITIO.