Hemos estado un fin de semana con compañía de unos amigos en esta fantástica casa rural (3 familias con 5 niños y 6 adultos). No le falta detalle, muy acogedora, todo muy limpio, espacios amplios y cama muy comoda. Hemos estado de maravilla!!
Ana e Iñaki nos han acogido estupendamente, super amables nos han recomendado excursiones, paseos, dónde comer, sitios de interés por la zona, etc.
La casa está rodeada de naturaleza, se está muy tranquilo y es fantástico para desconectar del día a día! muy recomendable!
La casa hace honor al entorno en que se encuentra. La panorámica de Sierra Sálvada/Gorobel y el circo del salto del Nervión con la silueta del pueblo de Untza en primer plano es difícil de olvidar y tal y como relata Iñaki, el propietario, ofrece unas puestas de sol de ensueño.
El interior, de estilo rústico con pequeños toques modernos y lleno de muebles con Historia, nos enamoró a todos: habitaciones amplias, baños, salón y cocina con rincones llenos de encanto…
Desde la casa pudimos acercarnos andando hasta el pueblo de Izarra atravesando prados y bosques de roble y hayas, comer allí, y regresar a casa a pasar la tarde y cenar sin prisa. Sin duda es un buen lugar para programar mil y una escapadas por todo el entorno, al regresar siempre tendremos la oportunidad de disfrutar el silencio y el magnífico paisaje que rodean la casa.
A nosotros nos pasó que nos sentamos a desayunar a las 10 y no conseguimos levantarnos de la mesa hasta las 3 de la tarde, estábamos en casa… en fin, un rincón al que esperamos volver y sentirnos de nuevo acogidos por Ana e Iñaki, dos grandes guías y anfitriones.
Acogedora casa, un ambiente que invita al relax y a esa conexión con lo auténtico que hace de la estancia un momento inolvidable que querrás repetir... Ana e Iñaki son los guías perfectos. Mila esker, bikote.
Nos juntamos varios compañeros de clase en esta preciosa casa y el encuentro no pudo resultar mejor. No solo por evocar momentos del pasado y la risas, sino porque lo hicimos en el lugar perfecto. La casa, muy bonita y acogedora, mantiene en su estética las reminiscencias del pasado pero con todas las comodidades del presente. El entorno natural maravilloso y unas vistas que merecen la pena disfrutar. Por último y no menos importantes, Ana e Iñaki, los anfitriones perfectos. Dispuestos en todo momento a trasmitir sus vastos conocimientos sobre el lugar y los alrededores.
Historia, naturaleza, cultura y gastronomía se dan cita en torno a Ulle Gorri. Sin duda un lugar a tener muy en cuenta.
Hemos pasado 4 días en Ulle Gorri, un grupo de 10 personas (adultos y niños) y la estancia no ha podido ser más perfecta. El caserío es acogedor y precioso (tanto por dentro como en el exterior) y el entorno es espectacular, con muchas cosas que ver y hacer en los alrededores y con infinidad de actividades y excursiones a menos de 1 hora en coche (ciudad, playa, montaña..ect..). Pero lo mejor sin duda son sus anfitriones Ana e Iñaki que te hacen sentir como en casa y son grandes conocedores de la zona y del País Vasco, no dudes en dejarte aconsejar por ellos.
Gracias por un fin de semana perfecto.