El lugar como tal es encantador y muy acogedor. La camarera y el coctelero nos atendieron muy bien y muy rápido sin embargo la dueña se pasó todo el tiempo fumando y charlando con amigos dejando a una camarera sola atendiendo a todas las mesas. Esperamos más de una 1 hora por la comida y tuvimos que levantarnos a pedir la cuenta 2 veces a la dueña porque no nos atendía.
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