Estuvimos en familia una semana en unas fantásticas cabañas con vista al mar. Playas de ensueño a pie. Paseo personal precioso. Personal del hotel encantador y servicial. Sino se dispone de vehículo hay que coger taxi pues al ser una zona super tranquila, está alejado de la zona más turística de tiendas y los típicos restaurantes a lo largo de la carrera junto al mar. Pero en el paseo que hay enfrente del hotel tienes 7 u 8 restaurantes de otros alojamientos a los que puedes acceder a pie.
Elena, la dueña española, encantadora y siempre atenta.
Varios sitios donde puedes alquilar tablas de surf. Nosotros contratamos una clase con el que estaba en el propio hotel y muy bien. Johanes, el dueño, muy amable.
El chef del hotel, muy recomendable. Mucha experiencia y gran cocinero.
Gran elección por su maravillosa ubicación, zona muy tranquila y amplio jardín justo enfrente del mar.
Ideal para unos días de tranquilidad