Hemos pasado cuatro días en el hotel; el entorno es fantástico, en plena naturaleza, alejado de núcleos urbanos donde poder desconectar y relajarse. Las habitaciones están bien con aire acondicionado, calefacción, televisión, secador...la limpieza correcta teniendo en cuenta que está en pleno campo por lo que una tela de araña o cualquier insecto es lo más normal. Las vistas magníficas desde la cama. Como pega decir que las paredes son finas y las puertas dejan pasar ruido cuando la gente se levanta por la mañana, la mosquitera estaba rota y una noche nos han picado los mosquitos pero sarna con gusto...
El desayuno es el mismo todos los días pero hay varias opciones a elegir. Las cenas son comida casera aunque quizá cambien poco los platos de un día a otro.
El personal es muy amable, te orienta sobre los pueblos y que senderos realizar.
El único inconveniente es la vía de acceso que es una carretera con curvas y de complicado acceso pero nada raro teniendo en cuenta donde se encuentra el hotel.