Es una casa grande y bien equipada. Además de la piscina, ofrece facilidades muy interesantes para el entretenimiento, como un futbolín, tenis de mesa, diana electrónica (aunque sin puntas de repuesto), red y raquetas de badminton, etc.
Muy buena comunicación con el propietario y también con Vera, la señora que se encargó del recibimiento y la recogida de llaves, con mucha amabilidad y posibilidad de contacto si surgía cualquier inconveniente.
La planta de abajo está completamente renovada (dormitorio principal y un gran baño con dos duchas), aunque curiosamente ese dormitorio carecía de persiana o cortina (a diferencia del resto de habitaciones). En el piso de arriba los dormitorios están también renovados y son cómodos. El salón puede resultar algo pequeño si hay mucha gente, sobre todo el sofá, poco cómodo y con solo un cojín.
El acceso a la casa en coche es algo difícil, por un camino con mucho desnivel y necesitando hacer maniobra para poder entrar en la finca sin tropezar con algunas piedras del camino. Aunque una vez hecho la primera vez se le coge el tranquillo. A cambio la zona es muy tranquila, en pleno campo, pero a solo quince minutos en coche del centro de Ponte de Lima.
Lugar rural muy tranquilo, se puede dormir a pierna suelta. Casa limpia y con enseres. Jardín con piscina, mesa de ping-pong, futbolín y mobiliario suficiente para disfrutar del exterior. Atención personal excelente, gente muy atenta y dispuesta. Para mi gusto falta un microondas en la cocina para poder calentar leche o comidas con rapidez y eficacia.