Pinares te de esa senzacion como que sales de un planeta y entras en otro nuevo. A medida que vas subiendo la montaña por la carretera, cambia todo, el olor, el aire, la temperatura. Dentro del hotel piedes encontrar esa anciada paz que buscas, alejado del bullicio de la ciudad, la contaminacion. Las habitaciones aunque un poco deterioradas por los años, no pierden su encanto natural. Abres la puerta y puedes ver conejos, gallinas, aves, es una experiencia unica