Estuvimos dos noches en este Riad y la experiencia no pudo ser mejor. La localización muy buena, con vistas a la Medina en una calle muy tranquila y nada ruidosa. Cuenta con una terraza donde tomar algo viendo toda la parte antigua de la ciudad.

El servicio inmejorable. Extremadamente atento y nada intrusivo. Cualquier cosa que necesites, te la sirven antes de preguntar y siempre con una sonrisa. Las instalaciones, de estilo andalusí, son preciosas. El patio central, con una fuente, es un sitio perfecto para pasar horas en compañia de amigos. Las habitaciones son muy espaciosas y los baños estan limpios y con unas duchas muy por encima de la media de lo que se suele encontrar en el país.

Definitivamente, un sitio para volver cuando pasemos de nuevo por Fez.

Hemos estado tres amigas aficionadas a la fotografía conociendo Fez y hemos estado instaladas en este Riad. La situación, para visitar la Medina es estupenda, porque está fuera de donde está todo el ruido, gente, etc.
La dueña, Chantal, una gran anfitriona así como las personas que tiene a su servicio y qué decir de las habitaciones. La que tuvimos nosotras, preciosa y cómoda. Relación precio-calidad UN DIEZ.
Los desayunos contundentes y de calidad.
La terraza una maravilla para poder tomar tranquilamente su magnífico té y disfrutar de las vistas de la ciudad.

El fín de semana del 10 al 12 de Septiembre estuve en este estupendo Riad con unas amigas. El lugar es encantador y la atención de su propietaria Chantal de un trato exquisito. Las habitaciones son muy amplias y bien cuidadas. Se distribuyen alrededor de un precioso patio central y las vistas desde la azotea son increibles, abarcando toda la Medina. Otra de sus ventajas es que estando dentro de la Medina está lo suficientemente apartado para que el ruido no llegue hasta allí y sin embargo a tan solo unos minutos caminando del centro.
Sin duda es un lugar al que volveré y que recomendaré a mis amistades.