Estuvimos 4 noches en familia alojados en este acogedor Riad. La atención fue excelente, especialmente Umaima es una gran profesional y una persona alegre, entrañable y encantadora. Las habitaciones decoradas al estilo marroquí muy confortables, la cama muy cómoda con buen colchón y una ducha con presión y agua caliente fácil de graduar. El desayuno, muy bien servido con vajilla de cerámica típica del país, nos gustó mucho. No hay que esperar un buffet ni un desayuno ingles (lo que nos pareció lógico ya que estábamos en Marruecos), sino tortitas, pan francés, mantequilla, mermeladas queso fresco, olivas y miel, además de un delicioso zumo de naranjas recién exprimidas y yogures. Ofrecen té a la menta y/o café expresso. Nos hicieron sentir como en casa, lo recomiendo absolutamente, pocas veces nos hemos sentido tan bien tratados en un alojamiento durante nuestros viajes. También optamos por cenar en el Riad las 4 noches que pasamos allí, ¡gran acierto!, la mejor comida que hemos probado en Fez. No hay carta, te ofrecen lo que tienen ese día, pero es fresco, variado, abundante y muy bien cocinado. Fue el cumpleaños de nuestra hija y le trajeron un pastel la noche antes e hicieron pastelitos caseros la noche de su aniversario, un precioso detalle totalmente espontáneo por su parte. Decidimos que el mismo Riad nos aconsejara y gestionara los servicios de taxi para ir a las ciudades imperiales y a Chefchauen y no nos equivocamos. Buenos vehículos y conductores muy amables con los que conversamos acerca de su país y costumbres, lo que siempre es muy enriquecedor. En concreto Abdel nos acompañó 2 días y fue muy gentil con nosotros.