Nos alojamos cuatro noches en este hotel. Hicimos la reserva a través de su propia página, y tuvimos un transfer desde el aeropuerto de Atatürk gratis. El hotel está muy bien ubicado en la península histórica, cerca del palacio Topkapi, Santa Sofía, la Mezquita Azul, el Cuerno de Oro... En el trazado del tranvía, que es el que vertebra la ciudad. Todas las visitas las hicimos a pie.
Nos alojaron en el quinto piso. En la época en la que estuvimos estaban realizando obras, por lo que el ascensor desde el hall hasta el primer piso no funcionaba. La habitación triple era más o menos espaciosa, toda en blanco, con futones, tocador, tele, una butaca, armario grande y baño completo. Todo muy limpio. Nos cambiaron las toallas todos los días. No hay caja fuerte en la habitación, pero existen en el hotel, se puede preguntar en la recepción, en la que además hay trabajadores que hablan castellano.
He marcado la calidad del sueño como normal, porque en nuestro piso, un quinto, sin edificios cerca y sin persianas ni cortinas opacas, la verdad que para las siete de la mañana la luz era insoportable. Por lo demás, sin ruidos y un hotel muy tranquilo.
El desayuno bueno para mi gusto, y con un horario amplio, de 7 a 10. Fruta fresca, pan, cereales, embutidos (no sé si de cerdo, no los probé), yogur, dulces turcos, frutos secos, café, té... Completo, la verdad.
El hotel tiene un bar temático tipo Oeste que suele estar animadillo si te apetece tomar una cerveza sin salir a la calle. Además, la calle dispone de muchos bares, restaurantes y tiendas.