Se trata de un hotel encantador en medio de las concurridas calles de Hong Kong.
El dormitorio es realmente pequeño y el cuarto de baño es más bien una ducha grande con un váter y una pila.
Bajo la cama hay sitio para que puedas guardar las maletas. Y un pequeño armario escondido detrás del espejo.
Hay wi-fi gratis y botellas de agua, té y un un hervidor de agua. También te dan un pequeño kit de aseo, hay dispensadores de champú y gel de ducha en la pared del cuarto de baño.
El aire acondicionado, secador de pelo, zapatillas y televisión también están incluidos.
El dormitorio se limpiaba a diario y el personal era simpático.
Disfrutamos de la vista desde el piso 27, que es el piso más alto. Así que definitivamente recomiendo este, si está disponible. Es más tranquilo que los cuartos de abajo.
El desayuno no estaba bueno. La verdad es que solo lo tomé dos veces (te dan cupones para el desayuno en el check in). Tuve que comprar mi propio desayuno o me habría muerto de hambre.
El precio es aceptable y si no planeas pasar mucho tiempo en el cuarto, recomendaría este hotel sin duda.