Nada más llegar nos mostraron la habitación estándar que habíamos reservado. La señora que conocimos era de lo más afable, hablaba un perfecto inglés y enseguida se dio cuenta de que éramos una pareja de gays. Nos ofreció una habitación de matrimonio grande, algo bastante raro en Cuzco. El hotel en sí era muy bonito, no fabuloso pero resultó perfecto para pasar unos pocos días. Hemos viajado por casi todo el mundo y como no éramos quinceañeros pasé mucho tiempo buscando antes de hacer ninguna reserva. Por ello, éste era un lugar estupendo, sin precios disparatados, además tranquilo, bien situado en relación a todo y todo el personal, que hablaba un buen inglés, hacía todo lo posible por nosotros. Recomendaría este hotel encarecidamente.Más
- Wifi gratuito
- Desayuno incluido