Llegué tarde de Machu Picchu, y el propietario me estaba esperando, me trató con mucha cordialidad y profesionalidad, además no tuvo problema en guardarme la mochila mientras visitaba las ruinas de Ollantaytambo la mañana siguiente.
Habitaciones exteriores con camas muy confortables, ducha privada con agua caliente y desayuno muy rico.
Se lo recomiendo sin dudarlo.