Colonia nos sorprendió. Luego de haber pasado nuestro fin de año en Punta del Este, que nos resultó tan moderna con esos enormes edificios que están construyendo por toda la costa, Colonia fue un regresó al pasado colonial, muy parecido a algunas áreas históricas de nuestro D.F. Es una pueblito dormido en el tiempo y el hotel, una casona antigua bonita y amplia en una callecita de un libro de cuentos. Sin dudas la antigüedad de la casona atenta contra su mantenimiento. Le falta alguito de limpieza para evitar algunos olores a humedad. La decoración de nuestra habitación, que daba a la calle en planta baja, era de cierto estilo, pero su baño, era nuevo aunque de materiales baratos y sin gusto. Lo que sí el personal se ha desvivido por atendernos con mucha amabilidad en todo momento.