Un extraordinario hotel, lleno de detalles que dejan huella. La recepcion es estupenda, con los equipos de acogida a un grandisimo nivel de detalle con el cliente. Habitaciones fabulosas, de diseño y de cuidado, limpieza, la cama más grande que uno pueda imaginar, minibar incluido, piscina, vistas al oceano. No pude desayunar pero me habian preparado un box para llevarme.
Si uno quiere ir a George Town hay que coger un taxi, pero con el precio, eso no es un problema. Es uno de los hoteles más cuidados y de más nivel que he visto.