Nuestro viaje de novios siempre será recordado entre otros detalles por la estancia en el B&B Vanjaka, pero no únicamente por el encanto del pueblo (Trogir) y por el enclave del alojamiento (en pleno casco antiguo) sino sobre todo por el trato recibido por parte de la dueña del establecimiento así como del resto de trabajadores y familia, nos hicieron sentir parte de la casa, nos aconsejaron sobre lugares que visitar y que decir de sus impresionantes desayunos y comidas. En los tres días de estancia únicamente desayunamos, comimos y cenamos en dicho lugar. Por cierto la pizza nada que envidiar a la italiana y cualquiera de las especialidades de pescado deliciosas.Más
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