Nos hospedamos dos familias con niños de 6 años y 9 meses. Eramos 7 en total. El almacén puede salvarte si te olvidaste algo, pero con precios más caros. Si bien nos dijeron que no había wi fi en las habitaciones y si en espacios comunes, en nuestra habitación no solo no había (ni si quiera teníamos como puerto el número de la habitación para conectarnos), sino que tampoco andaba el teléfono (claramente porque el router no andaba), o sea tal vez te toque alguna habitación sin Internet y sin teléfono. Esto se lo dijimos varias veces a "la anfitriona" la cual depende el día respondía " que lo íban a solucionar" o que "no les correspondia"... Tal vez con buen clima la zafas si los pibes corren por el pasto, ahora los dos días de lluvia sin Internet para ponerle una peli, te líquida. Llega un momento que te dicen "te cambio de habitacion" pero eso nunca sucede. Tema equipamiento, si pedis las cosas que no están, te las dan (pedimos bifera, y sarten que no había, TAMBIEN TUVIMOS QUE PEDIR DOS SILLAS, si tal vez pensaron que los niños de 6 comían en el piso, o algunos adultos). El baño se inundaba, vinieron a sellarlo, y siguió perdiendo, sumado a que la ducha estaba rota y tuvimos que pedir que la arreglen. El agua disfrazada de detergente no sirve, y tenes que pedir que te lo recarguen todo el tiempo de lo mala que es. El spa bastante sucio. La pileta es grande, con un cartel que dice que tienen que poner entre 26 y 28 grados de temperatura el agua, tal vez unos grados más estaría mejor. Si van a ocupar reposeras, lleven paraguas porque cae agua del techo todo el tiempo, incluso si están adentro de la pileta (REAL). Ah y si se quieren bañar en la pile, lleven jabón y tiempo porque hay duchas rotas y no hay jabón.
Las camas muy cómodas, el deck con la parrilla muy bien. El desayuno si bien es abundante llega un momento que todos los días criollos y medialunas te cansa un poco. El personal que prepara actividades para los niños es muy amable y hacen actividades que los chicos se enganchan.