Con muy pocas alternativas en la localidad, y después de viajar muchas horas uno no se pone muy exquisito pero se encuentra con este hotel, que debe haber sido genial en épocas pasadas pero con un edificio muy mal mantenido, muebles viejos, canillas oxidadas que gotean, aires acondicionados ruidosos y de dudoso funcionamiento, sólo hay jabón en el baño y, para una habitación con 4 camas sólo 2 juegos de toallas.
Lo mejor: la vista al rio y a Uruguayana (aunque te hace recordar que podrías haber dormido en aquella ciudad)
Lo peor: el desayuno, tostadas, mermelada y medialunas secas.
- Wifi gratuito
- Aparcamiento gratuito