Me lo recomendaron como "el mejor Hostel de VLA y, sin conocer otros, puedo afirmar que este es realmente bueno.
Desde la amabilidad y paciencia para responder todas y cada una de mis dudas previas hasta la cordial recepción (Vale, una genia, me permitió ingresar anticipadamente ya que la habitación había sido higienizada luego de que hacía un par de hs la desocuparon los últimos huéspedes) todo lo que viví durante los tres días que estuve en el lugar me permite recomendarlo.
Simple pero cálido (en todo sentido ya que además de la buena onda de todo el personal y de los huéspedes, la losa radiante lo hace a uno arrepentir de no haber traído mangas cortas 😃), y con la buena predisposición de Laura para permitirme dejar el equipaje y usar las instalaciones del hostel hasta la tarde que era cuando salía mi bus para Sanma.
Otros ítems que suman: está a 2 cuadras de la terminal y el centro de la Villa; dispone de estacionamiento dentro del predio; tiene un hermoso quincho con asador y horno más mesa de ping pong; y en el lobby mesa de pool y servicio de bar.
Por último destacar el desayuno simple pero sabroso con pan casero calentito y unas mermeladas espectaculares que prepara Rosa.
Sin dudas volveré a alojarme allí cuando vuelva a VLA.