"La escondida. Casa de Huéspedes" es un lugar soñado para los amantes de la tranquilidad absoluta. El lugar es bellísimo. Desde cualquier ángulo donde uno esté, la vista es maravillosa. Una construcción junto a las orillas del lago Nahuel Huapi, con las montañas de fondo, mucho verde y flores, y todas las comodidades requeridas para pasar unos días de relax absoluto en habitaciones sencillas pero ambientadas con excelente gusto, limpieza y calidez. Los baños super modernos y luminosos.
El trato del personal es admirable, siempre tratando de solucionar los problemas del viajero. Pileta climatizada externa, spa con jacuzzi, saunas seco y húmedo, diferentes duchas, gimnasio con aparatos, cintas, escaladores. Desayuno con productos totalmente caseros (mermeladas varias con productos regionales, panes y tortas, facturas, galletitas) además de fiambres, yogures, compotas, granola, etc.
Mención aparte merece el Restaurante Delfina, otra joya en medio de este paraíso. En fin: hemos pasado unos días estupendos y relajados gracias a la maravillosa atención de Maximiliano y el resto del personal de administración, y de Nerea y Leandro en el Restaurante, que nos han tratado de manera admirable. Volveríamos sin dudar y lo recomendamos totalmente. No se arrepentirán.