El establecimiento es una buena opción tanto si se está de paso por Sinaia para visitar el Monasterio y el Palacio de Peles como si se desea disfrutar de una estancia más larga en la zona para realizar senderismo u otros deportes de montaña.
Céntrico, por otro lado la población no es muy grande, resulta empero chocante su nombre anglosajón en una ciudad tan tradicional como Sinaia.
Un primer inconveniente son las escaleras de acceso. Muy empinadas, sobre todo si acude con muy equipaje. El personal del hotel no puede decirse que esté presto a ayudarte.
La recepción es muy espaciosa y elegante. Las habitaciones también son grandes, pero reclaman a gritos una pronta remodelación ya que su decoración se ve trasnochada. Igual ocurre con los lavabos, donde la cortina de la ducha a duras penas impide que salda el agua.
Las habitaciones no cuentan con aire acondicionado. Seguramente cuando se proyectó el hotel no se estimó necesario en una zona de montaña. Desgraciadamente, el cambio climático y la subida de las temperaturas hace que aquel se eche en falta incluso durante las noches.
El desayuno es muy bueno, tanto en cuanto a la variedad como por la calidad.
En mi opinión, lo mejor del hotel son las instalaciones deportivas. Entre otras, cuenta con un completo gimnasio y uno piscina de veinticinco metros y tres carriles. También sauna y jacuzzi.Más
- Wifi gratuito
- Aparcamiento gratuito
- Restaurante
- Servicio de habitaciones