Un piso y unos caseros con un encanto especial. No faltaba detalle:toallas, sábanas, secador, gel, champu, desayuno... Todos los servicios mínimos, y no tanto, estaban a nuestra disposición. Otra cosa a destacar ha sido la limpieza, todo estaba perfecto, te sentías como en casa. No nos ha puesto hora de salida ni exigencias ni pegas, ha sido todo una maravilla y nos hemos sentido agustisimo. Todo súper céntrico y un bar estupendo justo debajo de casa. Otro punto a favor, aires y ventiladores en todas las habitaciones más salón. Para repetir. Muchas gracias.