Hotel de 3 estrellas que funciona como un camping. La habitación más cara del hotel estaba llenas de arañas (vivas y muertas), hormigas e incluso salamanquesas. No limpian la habitación. Nos dejaron las toallas tiradas en el porche. Y si lo dices, llaman a la limpiadora jefa q parece una mafiosa para retarte. Es literalmente un "quiero y ni de coña puedo".
Lo único que se salva, el restaurante.

Hemos ido de fin de semana, con niños pequeños, y ha habido un fuerte levante sin poder pisar casi la playa.
Y no nos ha supuesto mucho porque hemos estado súper a gusto en el hotel. Somos 5 y las habitaciones de los hoteles se nos quedan pequeñas, y este con una casita que constaba 2 habitaciones, 1 aseo y un baño con ducha y bañera y un jardíncito hemos estado súper bien.
La piscina del hotel también muy bien y los desayunos con musiquita y ese airecito en la terraza muy a gusto.
Repetiremos y no se si es porq es septiembre pero solos en la piscina prácticamente.
Es caro el hotel pero la verdad que hacía tiempo que no estaba tan bien en un hotel, y tarifa los hoteles son caros, pero este lo merecía.

El hotel necesita realizar una potente reconversión de sus instalaciones y servicios. El aire acondicionado gotea, la ducha está atascada, así que estuvimos con toallas por el suelo durante nuestra estancia. Mobiliario ochentero en precarias condiciones. Lo mejor de todo la piscina. Desayuno ranchero teniendo en cuenta el precio. La comida o cena no está mal.