El personal híper amable. En especial la persona en la recepción y Carmen, en el desayuno. La ubicación perfecta, céntrico y con unas vistas espectaculares del río. Habitación muy amplia. El problema que le vemos es la insonorización con las habitaciones, a los de al lado les escuchábamos hablar toser estornudar. Todo el tiempo, y para su precio, no procede. Sin nevera y sin ascensor. Desayuno muy correcto, pero sin zumo natural. En habitación y baño teníamos frío pero hay calefactor . Con Bañera y ducha. Volveríamos por su maravilloso entorno.