Fabiola e Iván son los mejores anfitriones, ellos le han entregado un sello cercano a Hotel Casa Kolping, ese sello que hace que uno, cuando piense en Castro, acuda inmediatamente a hacer la reserva ahí.
Hice mención primero a la atención porque realmente es sobresaliente. El hotel es una casona bellísima, en pleno centro, cerca de todo pero en un lugar tranquilo para poder descansar. Todas las habitaciones tienen baño privado, además de contar con un escritorio (ideal para trabajar tranquilo), TV cable, una cama perfecta y un calientacamas eléctrico para los días fríos. Tienen también un climatizador eléctrico que mantiene la habitación a la temperatura ideal. La aislación acústica con las otras habitaciones también permite estar tranquilo.
El desayuno (incluido) es buenísimo, el día anterior te pasan una hoja para seleccionar de una lista lo que quieres comer en el siguiente día. Hay huevos revueltos, pan (normal o integral), jamón, queso, palta, quesillo, frutas naturales picadas, cereales, leche, yoghurt, salame, mermelada, jugo, té, café, leche. Si quieres puedes comer de todo. Puedes servirte el desayuno en el comedor o le puedes solicitar que lo lleven a la habitación.
En resumen, si van a Castro, Hotel Casa Kolping es el lugar indicado, ya he estado hospedado tres veces ahí.